Maggie Aguirre y Nicolás Schiaffino integran el equipo de Orientación del nivel medio de CSA, un espacio que ya suma 10 años desde su puesta en marcha. Ambos ex alumnos, y cada uno desde su rol específico -Maggie es licenciada en Educación y Nicolás es psicólogo-, trabajan a la par en pos del bienestar de nuestros estudiantes. Las claves para lograrlo: la flexibilidad, la comunicación con las familias y el vínculo con el equipo de directivos y docentes. En esta entrevista ellos nos cuentan cómo se conformó el espacio y cómo se suman propuestas año tras año.
Flavia: ¿Cómo surge la idea de conformar el espacio de Orientación en el nivel
medio?
Nicolás: Este proyecto surgió de manera paulatina, y empezó en el 2008, hace
ya diez años, a partir de la necesidad de abordar un espacio nuevo, que hasta
entonces no había estado institucionalizado. No había un gabinete
psicopedagógico ni de orientación psicológica. De alguna manera, esta idea
surgió para dar respuesta a algunas problemáticas que se presentaban. En aquel
momento en el nivel medio no contábamos con las personas ni con herramientas
para abordar esas problemáticas, que eran situaciones habituales por las que
pasan los adolescentes. Y tampoco se estaba pensando en otros temas, por
ejemplo, la elección vocacional, que implica preguntarse cómo pensar el futuro.
Otra de las cuestiones que implican al espacio es el abordaje a las familias,
que tampoco estaba institucionalizado. Antes no había una instancia en la que
nos pudiéramos encontrar con los padres para plantear situaciones que nosotros
veíamos, o para que los padres pudieran comunicar qué sucedía dentro o fuera
del ámbito escolar. Así fue que se empezó a pensar en la posibilidad de que los
padres pudieran acercarse y de que los chicos empezaran a contar otras cosas.
Entonces, nuestra tarea empezó a crecer, y lo hizo al ritmo de la demanda de
los padres, de los chicos y de los docentes. También empezaron a surgir
preguntas respecto de cómo resolver tal o cual situación y, de alguna manera,
se empezó a generar un cambio institucional porque, hoy en día, ya el nivel
medio no se lleva adelante de la misma manera que antes. Hoy se cuenta con
otras herramientas, con otros recursos y con otras posibilidades.
F:
¿Cuáles son las funciones que cumplen como Orientadora Pedagógica y como
Orientador Psicológico?
Maggie:
Desde 2016 yo acompaño a los chicos de 1er año a la hora de atravesar todos los
cambios que implica el pasaje de nivel, y también a chicos de 2do a 5to que
demandan otro tipo de seguimiento, más contención y más apoyo por diferentes
razones. Además, eventualmente, cuando surgen problemas entre grupos de chicas,
mi función es ayudarlas a buscar alternativas, estrategias para modificar
situaciones. Me ocupo de acompañarlas para que puedan resolver conflictos. Esa
función también se fusiona con la de Tutor Grupal, que observa más
detenidamente los problemas que surgen en los grupos.
N:
Para muchos casos puntuales que vivimos en CSA era necesario contar con una figura
femenina, que pudiera actuar con mayor naturalidad ante determinadas
situaciones. En ese sentido el rol de Maggie es muy importante.
F:
¿Y en tu caso, Nicolás?
N:
Yo tengo a cargo la Coordinación del espacio de Tutoría Individual, y de la
Tutoría Grupal -que es compartida con el área de Pastoral, ya que también los
tutores grupales son, además, profesores de la materia Religión. También soy el
puente entre los tutores, los chicos y los docentes para abordar cuestiones
específicas de los alumnos, en el aspecto grupal o individual. Hay veces en las
que diseñamos alguna estrategia, que hay que comunicar y seguir para que pueda
implementarse. Entonces me encargo de, por ejemplo, reunirme con los docentes
para explicarles el porqué de las cosas, para que ellos puedan entender la
historia y para que puedan ser parte, y que no sean ejecutores solamente. Y
luego me ocupo de acompañarlos para verificar que las cosas se estén haciendo
de la manera en la que lo habíamos pensado. También somos facilitadores de diálogo
y de búsqueda de estrategias, para tratar de buscar los mejores caminos a las
distintas situaciones que se van presentando.
F:
¿Cómo es el vínculo que se mantiene con las familias?
N:
Es de colaboración mutua. Tratamos de que cada uno con lo propio pueda
contribuir para el objetivo común, que es el bien de los chicos. Nosotros
aportamos lo nuestro, ellos aportan lo de ellos y todos tratamos de llevar las
cosas adelante. Cada uno desde su rol. Nosotros somos los encargados de
convocar y de recibir a las familias, hacemos entrevistas, planteamos
estrategias y hacemos el seguimiento para ver cómo van las cosas.
M:
Otra cosa que hacemos es mantener contacto con profesionales externos. Muchas
veces hacemos pedidos de informes, de evaluaciones, de consultas terapéuticas
con distintos profesionales y ahí somos los interlocutores para diseñar el
mejor trabajo en cada caso.
F: Y
también está el proyecto de Orientación Vocacional...
N:
Sí, desde hace muchos años tratamos de ayudar a los chicos a buscar su futuro,
que es una tarea que hacemos con los alumnos de de 4to y 5to año. Tenemos
paneles con profesionales, visitamos distintas universidades, asistimos a
charlas...
F:
El proyecto que llevan adelante ya cumplió 10 años. ¿Cuál es su visión sobre
todo lo que se hizo desde el espacio de Orientación?
M:
Para mí es un proyecto que está buenísimo y que desde que empezó, en 2008,
hasta hoy cambió mucho. En ese momento yo estaba en 3er año, lo viví como
alumna. Hoy la tutoría es algo completamente diferente. Creo que lo que se está
generando entre los chicos y sus tutores es súper necesario. También creo que a
medida que pasa el tiempo el proyecto se va asentando cada vez más, va
creciendo y sumando nuevos desafíos. Por ejemplo, la integración es algo que
empezó a sonar durante los últimos años, y que cada vez se vive con mayor
naturalidad. Hoy podemos decir que sí hay integración en el colegio, y que los
docentes, los directivos, los chicos están viviendo muchas situaciones con más
naturalidad.
N:
Yo pienso que lo que sucedió con este proyecto es que poco a poco fuimos
haciendo muchas cosas que años atrás resultaban impensables. Y fue cambiando la
cultura institucional, porque si hoy quitásemos los acompañamientos, las
tutorías, las miradas específicas sobre los requerimientos de cada uno de los
alumnos, no podríamos trabajar como lo estamos haciendo. El desafío va por ese
lado, profesionalizar y profundizar el trabajo que se está haciendo. A medida
que fue pasando el tiempo pudimos hacer un camino sobre el que ya no hay marcha
atrás. Una vez que se empezó a trabajar de esta manera ya no se puede volver
atrás, porque se construyó un andamiaje y porque muchas personas se
beneficiaron con esta forma de trabajo.
M:
Yo creo que logramos encontrar una salida para las dificultades en un colegio
que era muy estructurado, pero hace varios años eso empezó a cambiar y hoy podemos
decir que estamos tomando un nuevo rumbo.
N:
Todo el nivel medio se abrió a muchos proyectos y tuvo miradas que comprenden
mucho más allá de lo que pasa en el aula. Se trata de lo que hoy en día se
llama aulas heterogéneas. Entendemos
que el colegio quiso tomar este rumbo y nosotros contribuimos para diseñar un trabajo que se pueda llevar a
la práctica. Es una movida institucional que nos comprende a nosotros, de la
que somos parte, pero que es mucho más amplia y que tiene que ver con la
dirección del Rector, Pablo Velázquez, y del Director de Estudios, Adrián Mendonça, que vieron la
necesidad de empezar a trabajar de una manera nueva.
F:
Claro, se trata de un trabajo compartido…
N:
Sí, a nosotros nos convocaron para pensar y para armar un proyecto, pero desde
ese momento se planteó un trabajo en conjunto con la Dirección del nivel,
trabajo que también tiene que contar con la colaboración del plantel docente.
Es una tarea que incluye a un gran equipo y que va más allá de nosotros, cada
uno pone lo propio para caminar en cierto rumbo buscando, siempre, el bienestar
de los chicos.